¿Te acuerdas de cuando te apetecía comerla un rato y te dabas un paseo por un parque, un parking o cualquier sitio con arbustos y terminabas de rodillas tragando pollas a mansalva? Pues eso se acabó maricón. Grindr, Bender, Scruff y todas esas aplicaciones tan modernas han facilitado el sexo xpress exprés, pero se ha perdido el romanticismo. ¿Dónde ha quedado ese cruce de miradas perdida en la nada que jugaba a no sé porqué me estás mirando? ¿Ese rozarse el paquete con disimulo para que el otro sepa que estás interesado? ¿Ese sacarte las llaves del bolsillo al caminar para que el otro te siga? Y lo mejor: ese momento en el que uno de los dos se confundía y tras el polvo, dejaba unos buenos euros buenas pesetas porque pensaba que había dado con un chapero?
Haciendo cruising discretamente en el estadio
MARICONES: EL CRUISING HA MUERTO
Vale, algo queda en los baños de la fnac públicos, y en cualquier intercambiador de transporte. Básicamente de autobuses, que son los intercambiadores de la gente pobre. Pero ha quedado todo reducido a algo más sucio y normalmente son sitios frecuentados por gente muy mayor. Eso sí, todavía tiene la ventaja de encender el grindr y que te entre llegue un mensaje que diga: Estoy en el wc. Ven y te follo. Pero oye, eso ya pasaba antes… te acuerdas… cuando… cuando… encendías el bluetooth!! Qué rápido pasa el tiempo y qué mayores nos sentimos. Hablarle ahora a una marica de 20 años del bluetooth debe ser como si a ti, que estás en tus 30ymuchos te hablaran de poner un telegrama.
Y oye, no eran telegramas pero… los que estamos en la treintena hemos vivido otras formas de contactar como ¡los anuncios por palabras! Y no, no llegamos a tanto como para recordar enviarnos cartas (¿te acuerdas cuando de niños hacíamos aquello de «tener penpals?»). Además, sería sospechoso que a casa llegara una carta de un desconocido… Nosotros lo que vivimos fueron los contactos por palabras con buzón de voz. Aquellos anuncios en los que ponías cosas como «Chico joven. Versátil. Desea conocer similar. Zona norte». Porque siempre eran chicos jóvenes y versátiles. Y luego ponías un código con un número de teléfono carísimo. El que quería contestar debía hacerlo llamando allí.
Tú podrías ser cualquiera de ellas
Luego llegó el IRC y su facilidad para crear canales. ¿Que estabas en Madrid y te apetecía una lluvia dorada? Enseguida creabas #Madridmeameya y solucionado. ¿Que te apetecía hacer unas acrobacias como si estuvieras en el Circo del Sol? Pues creabas #maricontrapecista y listo.
Más tarde, la cosa evolucionó y llegaron los chat en java, que rápidamente mataron al maravilloso IRC y lo sustituyeron por un formato de mierda más visual.
Momento random de un chat cualquiera…
Entremedias, había maricones algo más rudimentarios que ligaban por el TELETEXTO. Lo juro. Conozco a gente así! Creo que esto no se merece más comentarios…
Luego llegaron los chats por sms. Carísimos. Mucho. Mogollón de caros. Y allí estaban Moviline, Airtel y Amena cobrándote por sms y tú, pobre incauto, picando con perfiles falsos que lo único que hacían era ponerte cachondo para que pagaras más dinero…
Y entonces llegó. El fin. El final de una era. El comienzo de la edad de oro mariconcil. Llegó
Y esta es nuestra historia. No sé a qué espera la FELGTB para contratarme.