Como el mundo no está ya lo suficientemente mal, es reconfortante comprobar que los cargos públicos que elegimos para que nos hagan la vida más agradable se dedican a presentar leyes tan maravillosas (nótese la ironía, por favor os lo pido) como ésta.
Y es que el Delegado Republicano (derecha, que quede claro) Mark Cole, del estado de Virginia, ha respaldado una propuesta de ley perpetrada (porque es lo que han hecho, perpetrar) por un legislador que obligaría a las escuelas a asegurarse de que los alumnos utilizan el lavabo que les corresponde según su sexo biológico. ¿Y cómo van a hacerlo? ¡Verificando sus genitales!
Sí amiga. La Ley 663 define el «sexo anatómico» como la condición según la cual se decide si un varón o una hembra utilizan el lavabo que les corresponde según su anatomía. Si un estudiante utiliza el lavabo que no le toca podría caerle una multa de 50$ y las escuelas han de tener la «discreción» de permitir que los estudiantes utilicen un baño o ducha cerrado o controlar el acceso a un baño que no esté ocupado.
Evidentemente en la ley no pone nada de mirar los genitales de los niños, pero varios activistas como Tim Peacock, han llegado a la inevitable conclusión de que la única forma de confirmar que alguien está utilizando el baño correcto según su anatomía es… levantándole la falda. Y si esa ley se aplica en un colegio, es evidente que un adulto tendría que comprobar los genitales de los niños para asegurarse de que están en el baño adecuado.
Mark Cole, el republicano que ha presentado la ley, ha salido rápidamente a aclarar que en el texto no hay ninguna referencia a que nadie mire los genitales de nadie y que eso es «una mentira creada por aquellos que quieren que todos los baños, vestuarios o duchas sean de género neutro«. Lo que dice Cole es que esta ley funcionaría sólo a través de una queja. Si una mujer se queja de que un hombre está utilizando el baño, el hombre pagaría la multa de 50$.
Pero, como señala de nuevo el propio Peacock, para verificar la queja sobre una persona de un sexo biológico utilizando el lavabo que no le toca, la única forma (otra vez) de comprobarlo es… ¡levantándole la falda!
Así que por mucho que el señor Cole se esfuerce en explicar que la ley no es lo que parece, resulta que sí es lo que parece: una ley transfóbica. Es como cuando Rajoy y el PP se esforzaban en explicar lo del recurso de la ley del Matrimonio Igualitario ante el Constitucional.
Si a ellos no les coló (y estuvieron diez años erre que erre y hasta organizan bodas gays con nombres de cantantes eurovisivas) ya te digo yo que lo de Cole tampoco va a colar.
Fuente | The Peacock Panache